La fe, el motor que impulsa tus velas.
Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera. Así lo
dice en Hebreos 11:1-3
11:1 Es,
pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
11:2 Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos.
11:3 Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.
11:2 Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos.
11:3 Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.
Es pues la fe el lenguaje de los que esperan. La fe no
admite dudas, ni se rinde al fracaso. La fe te hace descubrir la fuerza que hay
en ti. La fe mueve montaña. La no se sujeta al tiempo. La fe, el motor que
impulsa tus velas. La fe vale más que el oro. Por la fe cruzaremos el mar y lo haremos
cantando. DIOS, te amo.
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